Las orientaciones pedagógicas de la Nueva Escuela Mexicana son un conjunto de lineamientos que orientan la práctica educativa en el país. Estas orientaciones buscan formar ciudadanos críticos, responsables, honestos y comprometidos con la transformación de la sociedad.
Estas directrices, diseñadas para potenciar una educación inclusiva y de calidad, se erigen como un referente que guía a docentes y estudiantes hacia un horizonte de oportunidades igualitarias y desarrollo integral. En este artículo, exploraremos en detalle las principales orientaciones pedagógicas de la Nueva Escuela Mexicana, analizando cómo estas estrategias están transformando el panorama educativo y aclarando el camino hacia una sociedad más justa y próspera para todos sus integrantes.
Principios orientadores de la Nueva Escuela Mexicana
En la Nueva Escuela Mexicana la labor del magisterio es trascendental; por lo que, su trabajo cotidiano se guía bajo los siguientes principios orientadores:
- El derecho de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes a la educación. Esto los convierte en sujetos activos en el desarrollo de sus potencialidades.
- El interés, la actividad, la detección de necesidades y las potencialidades de las y los estudiantes, así como los desafíos de su contexto y de la humanidad en su conjunto, son ejes reguladores de la actividad en el salón de clase.
- Niñas, niños, adolescentes y jóvenes son considerados en igualdad de capacidades y disposiciones para aprender, con especial atención a aquellos que provienen de contextos en situación de vulnerabilidad.
- Vinculación con la comunidad inmediata para enriquecer la labor de la escuela, los procesos formativos, y revitalizar el lazo social.
- Promoción del trabajo colaborativo a partir de la participación de las y los estudiantes en las actividades que fomenten la cultura física, el apoyo emocional, el desarrollo intelectual, y una cultura de paz, aspectos propios del ser humano.
- Coherencia entre los valores y las propuestas, los objetivos y las estrategias, el discurso y la práctica, el contenido y la forma, en que se ejerce la función docente y directiva.
- Organización y uso de la información, estrategias, recursos, materiales para enriquecer las actividades escolares y promover diversas experiencias de aprendizaje.
- Atención a la diversidad cultural, lingüística, de género, de aprendizaje, de grupos sociales.
Fases para el desarrollo de la práctica docente
1. Diagnóstico de grupo.
Se considera la información sobre su ambiente inmediato; es decir, su salón de clase, con la intención de organizar el tratamiento de contenidos y que sirva como punto de referencia en el curso.
En el diagnóstico se debe considerar la información del contexto escolar interno. Asimismo, se sugiere obtener información sobre las trayectorias escolares de las y los estudiantes a través de un ejercicio colegiado en el que, entre docentes, se compartan información relevante de la evolución del aprendizaje del estudiantado.
En el diagnóstico identifique lo siguiente:
- Contexto y composición familiar: actividades de apoyo y actividades extraescolares.
- Interés y cambios en ellos.
- Trabajos escolares, productos de actividades, producciones escritas, foros, etc.
- Habilidades, disposiciones, aspiraciones y capacidades que les han sido reconocidas por sus maestros, por sus pares, por sus padres, o que ellas y ellos mismos reconocen.
- Evaluaciones o valoraciones realizadas a lo largo del curso.
- Logros obtenidos en el nivel o grado de estudios previo.
2. Organización del contenido.
Durante la planeación, los docentes tienen el saber para repensar y modelar las estrategias que pondrán en juego en el salón de clase, considerando el contexto escolar.
Algunos principios organizadores de los contenidos son:
- Interrogarse sobre las formas de organización de los contenidos en su contexto escolar.
- Reflexionar individual y colectivamente sobre cuáles son las formas de organización pertinentes en su comunidad escolar.
- La experimentación pedagógica lleve a la integración de áreas, campos de conocimiento y asignaturas.
- Organizar estrategias y actividades de apoyo de los padres de familia en el tratamiento de los contenidos para beneficio de la formación del estudiantado.
- Atender los intereses, potencialidades, problemáticas, opiniones y valoraciones de las y los estudiantes.
- Revisar o diseñar materiales de trabajo y elegir los que juzgue pertinentes para su planeación.
- Considerar la información que se recaba constantemente en el diagnóstico y puede sugerir formas de organización de los contenidos.
- Impulsar el sentido lúdico en las actividades.
3. Selección de estrategias metodológicas.
Se diseña, construye y selecciona diversas estrategias metodológicas que contribuyen al aprendizaje de las y los estudiantes.
Algunos principios orientadores para el diseño y la selección de estrategias son:
- Considerar estrategias sustentadas en metodologías activas y participativas, que dinamicen el trabajo en el aula y que favorezcan la experimentación y tengan en cuenta la perspectiva socioafectiva.
- Fomentar el aprendizaje colaborativo mediante diversas estrategias con miras a construir nuevos significados, edificar un saber social plural, informado, responsable y ético, que se proyecta socialmente.
- Promover pausas activas; momentos insertos en la jornada escolar, dirigidos al involucramiento del movimiento corporal y la ejercitación mental de las y los estudiantes, con el fin de enfocar la atención, mantener la continuidad de la actividad, relajarse, poniendo en juego el cuerpo y los sentidos.
- potenciar la autonomía en el aprendizaje de las y los estudiantes.
4. Evaluación.
Proceso que construye información para retroalimentar y tomar decisiones orientadas a la mejora continua en las trayectorias formativas de los estudiantes y la práctica docente.
La evaluación se construye desde la práctica en el aula y con la participación conjunta de todos los actores de la escuela e implica la sistematización de la información de lo que acontece en el cotidiano escolar:
- Trayectorias formativas de los estudiantes: La información que se obtenga puede organizarse de la siguiente manera: estado inicial de los aprendizajes, momentos significativos observados, aprendizajes obtenidos, las habilidades, disposiciones y capacidades a potenciar.
- Práctica docente: Se trata de construir información que permita fortalecer y dar nuevos sentidos a la labor profesional del docente, desde la retroalimentación de la planeación y la vivencia cotidiana, a través de la reflexión. Esta información posibilita la organización de los planes de formación continua.
Quizás no sepas, pero la Subsecretaría de Educación Media Superior tiene una biblioteca digital para docentes que puedes consultar de forma sencilla.
Puedes acceder al catálogo completo de materiales dando clic aquí.
Por ejemplo, hemos extraído este artículo de esta biblioteca con la siguiente referencia:
Conclusiones:
Las Orientaciones Pedagógicas de la Nueva Escuela Mexicana representan un importante avance hacia la construcción de un sistema educativo más justo y equitativo en México. Al centrarse en la equidad, la inclusión, la diversidad cultural, el desarrollo de competencias para la vida y la promoción de la educación inclusiva, estas orientaciones ofrecen un marco sólido para transformar la práctica educativa y asegurar que todos los estudiantes tengan la oportunidad de alcanzar el éxito académico y personal.
La implementación efectiva de las orientaciones pedagógicas en la NEM requiere un compromiso continuo por parte de todos los actores educativos, así como políticas y recursos adecuados para apoyar su aplicación en el aula. Con el firme compromiso de seguir avanzando en esta dirección, la Nueva Escuela Mexicana está preparada para impulsar un cambio significativo en el panorama educativo del país y contribuir a la construcción de una sociedad más inclusiva, equitativa y próspera para todos sus ciudadanos.
Ahora que conoces más sobre las orientaciones pedagógicas de la NEM; te invito a adaptar estos conceptos a tu práctica docente.
¡Un abrazo! 🚀
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