Evaluar es motivo de incertidumbre para los alumnos y profesores debido a las consecuencias que envuelve valorar o ser valorado en el desempeño educativo. Este esfuerzo de los estudiantes por aprender y el nivel de logro en que lo hacen; al mismo tiempo, apreciar el empeño de los profesores por educar y el grado de compromiso en que lo hacen; ha sido difícil de instaurar en la educación; ya que se tiene la percepción de que estos procedimientos son para fastidiar a los estudiantes; o bien, vulnerar los derechos laborales del educador.
La esencia de la evaluación consiste en enriquecer las técnicas de enseñanza y aprendizaje; por medio de un conjunto totalizador de procedimientos que se ajusta a las normas y estrategias educativas; en las cuales se reúnen evidencias de trabajo de manera ordenada; con la finalidad de saber distinguir y apreciar la calidad con que se realiza la labor pedagógica; para de este modo, obtener o brindar retroalimentación que permita formular rutas de aprendizaje alternas que coadyuven al progreso formativo de los individuos.
Estas características de valoración deben darse permanentemente y sin variaciones entre lo que se enseña y se aprende, para el correcto monitoreo de las actuaciones de los alumnos y profesores durante la resolución de un proyecto.
La evaluación con carácter formativo tiene la intención de aportar al avance paulatino de los aprendizajes; esto ayuda a moderar el desarrollo de las acciones de enseñanza y estudio, por lo que adecuar la intervención didáctica a las circunstancias académicas y de contexto escolar son ingredientes fundamentales para el cambio educativo durante todo el trayecto escolar.
De modo representativo se caracterizan tres instantes de evaluación:
- Inicial - Diagnóstica
- Desarrollo - Formativa
- Final - Sumativa
La evaluación diagnóstica se lleva a cabo de manera anticipada al abordaje de un contenido y la mediación docente; con el propósito de reconocer y reactivar los conocimientos previos con que cuentan los estudiantes antes de la intervención didáctica.
La evaluación formativa tiene lugar durante el desenvolvimiento de las acciones de enseñanza e intervención docente; en la cual se monitorea el nivel de logro de los aprendizajes, dando lugar a la reflexión de las actuaciones de formación emprendidas desde la planeación y secuencia didáctica; propiciando con ello, la retroalimentación de los procedimientos efectuados por los alumnos y profesores; dando lugar al ajuste del proceso de enseñanza y aprendizaje formulado.
La evaluación sumativa por su parte, fomenta el dictamen de resultados global que indica el grado de dominio de los contenidos por parte del alumno, con respecto a las progresiones de aprendizaje normativas, que tiene lugar al término de una situación didáctica auténtica planteada por el profesor y plasmada en una secuencia didáctica; por lo que sirve para deliberar la acreditación del estudiante al término de un curso escolar.
Esta valoración final se da en continuidad a la etapa formativa mediante muestras de trabajo recopiladas de cada estudiante; de esta manera, posibilita la valoración y reflexión del alumno y del profesor sobre su evolución, a través de la verificación de estrategias, métodos, instrumentos y materiales empleados; mismos que le facilitan obtener conclusiones sobre las actuaciones emprendidas a lo largo del trayecto educativo; por lo cual, ayuda a la deliberación justa de promoción del estudiante a un nuevo grado escolar.
De esta manera, los tiempos de evaluación son esenciales para la confiabilidad y validez de la fase educativa general; por ello, es necesario evaluar en todo momento y a la vez, cuidar que esta estimación no genere efectos negativos o inseguridades en los estudiantes; ya que de lo contrario el aprendizaje se vería afectado.
Es frecuente que los maestros destinen notas como recompensa o sanción; en consecuencia, esta condición puede generar incertidumbre en los estudiantes; y, por consiguiente, el aprendizaje y la colaboración se ven relegados.
Una práctica eficiente de evaluación consiste en implicar a los estudiantes en regular su propio avance y disposición hacia el aprendizaje; en tal sentido, es imprescindible promover la autoevaluación y coevaluación como instrumentos adicionales para extraer información complementaria que haga posible una valoración más apegada a la realidad educativa.
Las pruebas estandarizadas aplicadas con el consentimiento de las autoridades educativas y escolares; proporcionan información valiosa acerca de la efectividad del sistema educativo con respecto a otras naciones; sin embargo, la valoración que realiza el profesor en el aula es la que más impacto tiene en la formación integral de los estudiantes.
Las evaluaciones que efectúan los profesores recogen datos sobre el nivel de desempeño de los alumnos; para tal efecto, se utilizan instrumentos de valoración como las rúbricas y listas de cotejo, las cuales permiten emitir juicios de valor claros y precisos; a fin de poder brindar apoyo específico a cada estudiante; con el propósito de que estos superen sus áreas de oportunidad o impulsen sus habilidades, mediante la propuesta de itinerarios de mejora de los aprendizajes proyectados por el docente.
Conocer donde se encuentran los alumnos inicialmente con respecto a un tema y hasta donde pueden llegar con la ayuda del profesor u otros compañeros expertos es un referente indispensable en la enseñanza.
Tomando como antecedente el criterio sociocultural de Vygotsky, el andamiaje de Bruner y el Aprendizaje Basado en Proyectos; realizamos el siguiente esquema de intervención docente:
En este esquema podemos observar lo siguiente:
- Cada estudiante posee referencias preliminares de los contenidos a abordar en clase que ha adquirido por cuenta propia y el profesor es el encargado de llevar a cabo estrategias que indaguen en qué nivel se encuentran dichos conocimientos.
- Los programas de estudio contienen diálogos de aprendizaje que indican a donde se quiere llegar y el educador planea una secuencia de actividades que considera adecuadas para alcanzarlos.
- La diferencia entre el primer punto y el segundo se llama Zona de Desarrollo Próximo (ZDP); en la cual, el profesor u otro alumno especializado coadyuvan a que el nivel de desarrollo real de un estudiante llegue hasta el nivel de desarrollo potencial.
- Lo habitual es que el profesor proponga una serie de actividades que aumentan de nivel conforme el alumno avanza; este procedimiento puede realizarse colaborativamente o de manera individual y finalmente se plantea una actividad auténtica cúspide para valorar el nivel de desempeño.
- Lo innovador es el trabajo por proyectos; es decir, las autoridades educativas buscan un proceso más transversal, interdisciplinar y colaborativo durante las progresiones de aprendizaje y es el propio alumno que se hace cargo de sus avances; por medio de cronogramas de actividades que son autogestionables y que cuentan en todo momento con el apoyo de los profesores ante dudas o dificultades que puedan surgir de dicho planteamiento.
- La idea de la evaluación en este tipo de esquema es que el alumno se haga cargo de su aprendizaje y se motive a emplearlo en su vida comunitaria para impactarla; así pues, el profesor se convierte en un líder académico y comunitario.
- El andamiaje es fundamental en la evaluación y se produce con cada retroalimentación que recibe el estudiante ante un desafío que supera; por esta razón, se convierte en un ancla de aprendizaje en cada peldaño que supera.
- Los instrumentos de evaluación en el Aprendizaje Basado en Proyectos son importantes para valorar el desempeño de los estudiantes; los más empleados son las rúbricas y listas de cotejo.
La evaluación de los aprendizajes por parte de los educadores, implica una función profesional, responsable y apegada a la justicia; para dar apoyo académico a los estudiantes y, por consiguiente, se les facilite su desenvolvimiento escolar y comunitario.
Entender la evaluación formativa no solo envuelve a los estudiantes y el aprendizaje; sino también involucra a los profesores y la manera en que estos enseñan; estas circunstancias suelen ser una causa frecuente de exclusión educativa que redunda en fracaso escolar; ya que fácilmente se culpa a los estudiantes por su bajo rendimiento, cuando las limitaciones pueden ser del personal educativo, normativas o del descuido de las autoridades educativas. De allí la importancia de la evaluación educativa y la preocupación por la mejora continua de los profesores y los planes y programas de estudio.
Ahora que conoces más sobre la esencia de la evaluación; te invito a adaptar estos conceptos a tu práctica docente.
¡Saludos y éxito! 🚀
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