La interculturalidad en la educación es incluir en la intervención didáctica aspectos relacionados con la diversidad cultural; a fin de reconocer que cada estudiante se presenta a la escuela con características específicas, propios del grupo social al que pertenece como puede ser la lengua, formas de entender el mundo y la vida, vestimenta, costumbres, tradiciones, religiosidad, modismos, etc.
Estas peculiaridades deben respetarse, conservarse y valorarse en beneficio de la interacción social que repercute en el rendimiento académico durante el proceso de enseñanza - aprendizaje; al mismo tiempo, es importante erradicar conductas de racismo o discriminación que se presenten a lo largo de la estancia en la escuela entre alumnos y/o personal educativo.
Impulsar la igualdad entre culturas que convergen dentro de un país ha sido un desafío complicado; ya que tradicionalmente los sectores predominantes de la población tienen la tendencia a humillar, reprimir y desestimar a las fracciones minoritarias; esto sucede en múltiples partes del mundo, por lo que con estas actitudes se han perdido conocimientos, costumbres y valores morales de las tradiciones ancestrales.
Diferentes regímenes en el planeta han realizado procedimientos de inserción social de los grupos vulnerables; no obstante, estas acciones han sido enfocadas principalmente a la igualdad económica, dotar de servicios básicos e infraestructura. Si bien esto ayuda a la paridad de condiciones; prevalece una sensación de malestar que tiene que ver con lo psicológico, en la cual, dichas fracciones sensibles añoran ser tratados sin distinción de su raza, etnia, condición social, tradiciones, lengua y regionalismos; para ello, se requiere de más educación inclusiva que fomente el trato igualitario entre personas.
A lo largo de la historia de América Latina las etnias indígenas han sufrido exclusión por parte de la población mestiza dominante; por lo cual, han sido totalmente marginados del acceso a los recursos básicos y, por ende, a la educación de calidad o con igualdad de condiciones.
El atraso de estos sectores ha ocasionado la desvalorización de lo autóctono y ha proliferado la xenofobia hacia estos grupos; mismos que son estigmatizados como incultos y menospreciados por su aspecto físico o forma lingüística de expresarse.
Dar equidad a los pueblos originales a través de apoyos financieros es sobresaliente; sin embargo, existe un componente social que consiste en que estos sectores se han vistos como iguales y esto solo se puede lograr con una educación incluyente.
En los últimos años se ha intentado incorporar a los pueblos originales y al menos en la enseñanza, la cobertura en educación básica y media superior ha aumentado; aunque, este incremento ocasiona que los recursos elementales no sean suficientes para todos; por lo que reciben aún formación en condiciones diferentes a las zonas conurbadas.
Hoy sabemos que el contexto escolar puede estimular o desanimar el progreso académico de niños y jóvenes; por esta razón, es necesario equiparar la arquitectura de los centros escolares de las zonas rurales con los de las zonas urbanas.
Los pueblos indígenas han sido sacudidos desde siempre por la escasez; por lo que se han adaptado a vivir en circunstancias adversas; de modo que los programas sociales que se les brindan actualmente son importantes; a pesar de ello, la deuda con las comunidades nativas persiste todavía y el dejarlos de ver con inferioridad es un desafío vigente; para arribar a una nueva forma de aceptación en sentido humano, estimativo y natural; es necesario establecer políticas públicas más sensibles a la realidad social.
No se trata de vestirse como indígena; se trata de cubrir la mente de igualdad social y sentido humano.
La enseñanza intercultural resulta inmejorable a fin de revertir la manera peyorativa de mirar a los sectores desvalidos y esta debe involucrar a la educación formal, no formal e informal; con la firme intención de formar a niños y jóvenes conscientes del trato igualitario y afectuoso entre personas; con la finalidad de eliminar conductas racistas y discriminatorias que lleven a la construcción de sociedades democráticas.
La brecha de pobreza en los sectores indígenas es profunda y en tiempos recientes se les proporciona ayudas económicas, con la finalidad de hacerles justicia por el grado de olvido en que se encuentran producto del abandono del régimen de excepción para con los pueblos nativos que ha imperado desde los tiempos de la conquista; no obstante, los especialistas señalan que sería mejor trabajar en la inserción de estos colectivos, por medio de la interculturalidad; es decir, lograr que esta población no sea vista como desdichada, extraña o diferente.
En el territorio latinoamericano resulta engañosa la idea de que todos los habitantes y gobiernos en la actualidad, reconocen a todas las culturas sin distinción, con gratitud y equidad en el reparto de los recursos; la realidad dice que esto es tergiversado; ya que, solo se alcanza la convivencia entre culturas dentro del territorio de un país (multiculturalidad), pero sin combinarse y respetarse entre ellas; dicho de otro modo, que el contacto se da por necesidad y compromiso.
Por su parte, alcanzar la interculturalidad implica un nivel más de comunicación; es decir, que exista una conexión estrecha entre individuos pertenecientes a diferentes culturas y esta unión se debe dar en circunstancias de igualdad y respeto mutuo.
La función de los profesores en este ambiente de interculturalidad consiste en:
- Brindar una enseñanza de excelencia para sus estudiantes. Consiste en garantizar que todos los alumnos logren los aprendizajes esperados de los programas normativos. Además, durante este proceso de adquisición de saberes, se debe asegurar que nadie tenga ventajas o preferencias sobre los demás y entender que cada alumno tiene una cultura que lo define y da significado a su existencia.
- Enaltecer la riqueza cultural de la región donde se desenvuelve. Reconocer la virtud del dominio de la lengua materna y el castellano; con el propósito de considerarla como privilegio y riqueza cultural.
- Fomentar el valor de pertenencia hacia la cultura. Impulsar desde la práctica docente la identidad y el amor por el origen de los educandos; para fortalecer su autoestima y motivación por su formación integral.
- Establecer la relación de autoridad horizontal y sin complejos de superioridad. La interacción y mediación docente - alumno se da en un ambiente transversal y afectuoso; para de esta manera, generar confianza entre ambos en beneficio del proceso de enseñanza y aprendizaje.
- Desarrollar una instrucción basada en la ética y respeto. Promover el comportamiento equilibrado y basado en la comprensión de las formas de pensamiento divergentes; privilegiando el diálogo en la resolución de conflictos.
- Colaborar con otros pares, a fin de perfeccionar el acervo cultural. Trabajar en equipo estimando la participación de todos; con el fin de mantenerse abierto al aprendizaje incluyente en todo momento.
- Intervenir en la inclusión de la comunidad en la actividad educativa. Abrir espacios de comunicación y contribución; para vincular el centro educativo con la identidad cultural de la localidad.
En los distintos niveles educativos existen maestros bilingües o que son nativos de la región donde se desenvuelven como educadores; no obstante, lejos de sentirse orgullosos de esta situación, niegan su origen y experimentan incomodidad o rechazo. Esto es un síntoma de la degradación cultural y racismo que han sufrido los pueblos originales a lo largo de la vida.
Los jóvenes de educación media superior en territorio indígena principalmente, conocen las zonas urbanas; debido a que migran hacia las grandes ciudades en busca de oportunidades laborales durante las vacaciones escolares; o bien, abandonan la escuela para dedicarse de lleno al trabajo y con ello, mejorar su condición de vida. Lo anterior, es un indicio de que la escuela debe proveer de competencias relacionadas con la capacitación para el trabajo y formación de valores; con la finalidad de garantizar su correcto desenvolvimiento en lo que decidan emprender.
La importancia de la interculturalidad en la educación resalta por un lado que los estudiantes se sientan orgullosos de su cultura y, en consecuencia, tengan un impacto positivo en su rendimiento académico; por otro lado, destaca, el que los profesores entiendan que su práctica educativa debe reducir la disparidad cultural en su conjunto; de esta manera, conseguirán una intervención didáctica exitosa. Finalmente, la participación gubernamental debe afianzar la paridad de los medios económicos y dar un trato decoroso, sin sobajar a las personas por su procedencia cultural o de clase.
Ahora que conoces más sobre la interculturalidad en la educación actual; te invito a adaptar estos conceptos a tu práctica docente.
¡Saludos y éxito! 🚀
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