Mi confrontación con la docencia. - Desde los primeros años de vida estuve en contacto con la educación y con ello con la experiencia docente, tengo la fortuna de tener un padre que es profesor de educación primaria que ha sido un ejemplo para mi vocación docente.
Descubrí muy temprano que los principales problemas que aquejan a los profesores son principalmente gremiales y de tipo laboral: Salariales, ascensos, incentivos, reconocimiento, entre otros…También desafíos por mejores condiciones para ejercer su práctica educativa: Infraestructura, servicios básicos (luz, agua, internet, drenaje, salud, etc.), equipamiento, entre otros.
Las marchas, plantones, mítines, protestas y consignas fueron un referente esencial en la convivencia profesional a lado de un maestro; de modo que fueron forjando mi visión sobre la docencia.
El sindicato de maestros y las autoridades educativas se encuentran regularmente en una pugna constante por imponer sus ideas; por lo que el aprendizaje y los estudiantes quedan relegados de estas confrontaciones, parece que cada grupo vela por sus propios intereses y generalmente esta conveniencia es ajena a la tan anhelada educación con calidad de niños y jóvenes.
En una ocasión llegó a mis manos el libro Fuentes, C.
(1997). Por un progreso incluyente. México, Instituto de
Estudios Educativos y Sindicales de América (IEESA). Fue uno de los
primeros libros que leí sobre temas educativos y considero que sus páginas
hablan de la realidad de la educación en gran parte de la América Latina;
principalmente de la desigualdad que existe entre los ciudadanos ricos
y pobres; la acumulación del dinero en pocas manos y el acceso a los recursos
de vanguardia solo para los sectores más favorecidos.
Aclara que existen dos países en uno, el de los agraciados y otro de los
desvalidos; que los gobiernos tradicionalmente prefieren dirigir sus esfuerzos
a mejorar a los primeros y dejar de lado a los otros sectores. Nos señala que
no puede existir progreso en los países sin la inclusión de la fracción más
vulnerable y que este ingreso se ha de dar a través de la educación y como
principales promotores de esta, los profesores como agentes de cambio.
Estas apreciaciones despejan el significado de un pueblo educado y lo
que simboliza el maestro en la búsqueda de la tan ansiada integración,
igualdad y justicia social. Lo anterior, me hizo ver otro panorama
sobre el origen del atraso de los pueblos latinos, que están más relacionados
con el conformismo, la sumisión y la falta de prosperidad.
Comprendí que es el propio gobierno en confabulación con los empresarios
y la gente más adinerada; los que tienen en condiciones miserables a las
mayorías y trabajando en franca desventaja con respecto a la riqueza que tiene
cada pueblo latinoamericano. Es por ello que la educación no puede ser ajena a
estas apreciaciones; porque debe dar al ciudadano el poder de decidir el rumbo
de los países; por medio de la colaboración, identidad, fraternidad, altruismo
y trabajo duro, pero bien remunerado.
Por alguna extraña razón
decidí estudiar otra carrera diferente a la docencia, quizá por no tener
identificada alguna área de preferencia. Durante el desarrollo de la carrera me
daba por examinar las intervenciones en clases de los maestros y consideraba
que presentaban ciertas áreas de oportunidad que mejorar.
Al término de la carrera trabajé en labores administrativas y posteriormente tuve la oportunidad de ingresar a la Educación Media Superior de México como docente y es allí donde encuentro mi verdadera inclinación, porque me agradó desde el primer día y a partir de la primera clase.
El estar en contacto con la
docencia ha sido una experiencia placentera, encontrarse con los alumnos en
conexión directa, el dialogo con padres de familia o ciudadanos y el
intercambio con otros colegas me ha servido para formar mi personalidad,
aprender cosas que no sabía, retroalimentar competencias docentes y
desempeñarme mejor en la sociedad.
Ser docente de educación media no es tarea fácil, se necesita tener un perfil muy completo y sobre
todo una carga de compromiso docente para trascender; lo anterior porque es una
labor medular en el desarrollo de jóvenes que representan el presente y futuro
próximo del país.
En mi opinión, uno de los
problemas que he detectado es que la mayoría de los docentes de nivel medio
superior, no cuentan con un perfil mínimo pedagógico y la gran base de profesores
aprende a dar clases, por ensayo y error. Las escuelas necesitan de maestros
con empeño y compromiso con su desarrollo, pero desafortunadamente un
porcentaje reducido son los preparados y otros menos lo que buscan capacitación
continua. Hoy ante la globalización se requiere de actualización constante y
cambiar por completo los paradigmas que afectan a la educación; a fin de
aspirar a un verdadero cambio de fondo en la nación.
Mi carrera docente inicia en
el 2009, en un contexto difícil de la SELVA de Chiapas en México donde la
lengua materna es el TZELTAL y que en lo personal ha sido una gran experiencia
de vida; no contábamos con recursos suficientes y fue allí donde conocí la
verdadera escasez; por lo que decidí prepararme con la firme convicción de ayudar
desde la educación hasta donde se pudiera. Estando en este lugar en 2012 me
especialice en COMPETENCIAS DOCENTES por la Universidad Pedagógica Nacional y
en el tiempo libre en la escuela, lo invertí en leer todo lo que podía y ver tutoriales sobre
temas de educación; más adelante allí mismo, presenté la evaluación del
desempeño docente en el 2015, la cual aprobé y eso me dio la oportunidad de
presentar otra evaluación para ser EVALUADOR DE MAESTROS mismo que también
pasé; en consecuencia me hice acreedor a la CERTIFICACIÓN como docente; en el año
2017 me volví a RECERTIFICAR como evaluador de maestros y actualmente comparto mis apreciaciones en este espacio.
Todavía recuerdo la primera
clase, la ansiedad de iniciar y demostrar a los estudiantes que todo está bajo
control. El cansancio, tristeza y reflexión aparecen como medio para liberar
ese estrés que produce el deber semicompleto. Al dar una clase me preocupaba
demasiado porque me viera bien, que los alumnos detectaran mi dominio y
conocimiento de las materias.
Planeaba una clase por horas,
preparaba material didáctico en láminas para que los alumnos no se esforzaran
demás en resumir el tema, era una tarea muy pesada, si le agregamos que las
materias que impartía eran diversas. Al llegar el día de trabajo, el de exponer
todos los saberes me encuentro un escenario que no esperaba, todo lo que había
dispuesto me había servido para tener al grupo bajo control, pero notaba
aburrimiento al mismo tiempo en los alumnos.
Con el paso del tiempo, con
las actualizaciones pedagógicas y de manera autodidacta, me pude dar cuenta que
todo lo que hacía, quizá cumplía con ciertos parámetros o indicadores, pero no
era lo más adecuado, ya que la carga de trabajo y esfuerzo hasta el cansancio
era para mí, el educador. Esto cambió de percepción cuando empecé a ser un
verdadero mediador entre el alumno y su aprendizaje; por lo que la
responsabilidad fue compartida con mis alumnos, les expliqué que necesitaban
hacerse cargo de su propio aprendizaje y que debían investigar, elaborar e
integrar saberes, a fin de resolver problemáticas cotidianas y realizar buenos
productos. Con esto gané la libertad para dedicar más tiempo a la elaboración
de situaciones didácticas auténticas que
acompañaran al proceso de aprendizaje emprendido por los mismos educandos,
a evaluar formativamente y
retroalimentar a los estudiantes con impacto en la mejora de su formación
esperada y pasé de ser un protagonista de la enseñanza, a un guía de su trayecto
formativo (materiales y recursos) para el logro de los objetivos de aprendizaje
y asumí el rol de facilitador en la construcción de competencias de los
estudiantes.
Hoy, tras años recorridos en
la docencia y de estar frente a grupo, finalmente me siento más tranquilo y
puedo disfrutar del desarrollo de una clase, con la plena confianza de que los
jóvenes se llevarán algo novedoso de regreso a sus casas, la presión se ha
convertido en placer, el preparar un reto didáctico para el día siguiente es más
corto y con mejores expectativas de logro y aprovechamiento.
Considero que cada grupo es
distinto, pero he aprendido a lo largo del tiempo a diseñar actividades que nos
lleven a un mismo producto, pero con distinto modo de intervenir. Hablo del
manejo de una clase, a los que tienen deseos por aprender ofrecerles más para
impulsarlos y a los que no muestran entusiasmo, despertarles esa ambición por
aprender.
Estoy convencido que ser
docente implica compromiso con la preparación incesante, a fin de obtener buenos y
mejores resultados de aprendizaje; además de hacer más placentera la estancia en el centro educativo. La tecnología avanza a pasos agigantados y con
ello los docentes no pueden quedar al margen de las transformaciones, como lo
son el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la
enseñanza; existen múltiples especialistas que afirman que en el futuro no muy
lejano la educación dependerá de ellas.
Las TIC en la formación han
venido a revolucionar las formas de proponer a las estudiantes alternativas de
uso de los recursos tecnológicos como el uso del internet y el universo de
información que podemos encontrar de manera rápida y sencilla; mediante el uso de dispositivos móviles y ordenadores. Actualmente los alumnos se encuentran
familiarizados con el manejo de estas tecnologías; por lo tanto, la escuela
debe cambiar y no solo ofrecer las mismas estrategias tradicionales que se
repiten cada semestre, sino por el contrario, tratar que paulatinamente se
incorpore la tecnología con la ayuda de los entornos virtuales como
alternativas de aprendizaje en línea y de forma asíncrona; de manera que se
haga uso de los medios tecnológicos de vanguardia.
La docencia es mi pasión y
como los estudiosos afirman: los maestros deben aprender a ser más
compasivos y brindar la confianza necesaria a los estudiantes; para que estos
den lo mejor de sí en busca de su adecuado aprendizaje.
Tenemos la fortuna de contar
con una profesión que requiere de esfuerzo y empeño, pero al mismo tiempo, nos
ofrece la oportunidad de mantener nuestros conocimientos actualizados y también
de conocer los recursos más innovadores mejorando por consiguiente el
intelecto. Es por ello que, en lo personal, trato de mantenerme actualizado
para poder afrontar los retos del presente y futuro educativo, siempre con la
finalidad de contribuir al progreso de la educación del país.
Con la contingencia sanitaria
por el COVID-19 que vivimos; destapó una serie de problemáticas
institucionales y también educativas en todo el mundo; desde mi punto de vista
considero que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos no cuenta con el
100% de cobertura de internet en su territorio y tampoco ha sido posible tener
una infraestructura digna para ejercer la intervención educativa con un buen
ambiente de aprendizaje; al mismo tiempo, le sigue costando a la autoridad
garantizar la igualdad con justicia social para los sectores más vulnerables;
por lo que la estabilidad general y sanitaria sigue siendo una incertidumbre.
Por otra parte, la mayoría de
maestros ejercen su labor educativa descontentos por sentir vulnerables sus
derechos y las condiciones contextuales en que trabajan; por lo que su
mediación educativa la realizan por ocupación laboral, por cumplir con la normativa
oficial y no por el bienestar común de la sociedad.
La religión ha suplido al gobierno y por tanto a la
educación en los sectores más apartados; de no ser por esta, la situación de
hartazgo de algunos poblados se tornaría más violenta; es decir, ha servido
para equilibrar el comportamiento de las personas en función de un ser supremo,
obviamente eso no es lo mejor; ya que tiende a convertirse fácilmente en
fanatismo. Se puede afirmar que la religión ha cumplido su función en estos
lugares y ha servido para garantizar la dignidad de las personas; sustituyendo y
rebasando por completo a la educación oficial.
Los jóvenes de las comunidades marginadas
encuentran una salida a tanta adversidad emigrando a los Estados Unidos;
algunos logran pasar sin problemas y otros quedan en el sueño de mejores
condiciones de vida. ¿Acaso lo que hacen allá no se puede hacer acá? O hemos
caído todos en la normalidad y el conformismo de aceptar que se tienen que ir,
a fin de que manden remesas y luego agradecerles.
La situación educativa que prevalece ahora en el
planeta es complicada y requiere de un manejo gubernamental sensible, que
reconozca las problemáticas sociales que afectan a la colectividad en su
conjunto y que estas no pueden atenderse de forma superficial o por
conveniencia; se necesita de acuerdos que afiancen la inclusión de todos en las
decisiones más trascendentales; que se busque garantizar la igualdad de
circunstancias en la zona rural y urbana; de lo contrario los desafíos no
terminarán.
Ahora que conoces más sobre mi
confrontación con la docencia; te invito a reflexionar sobre tu propia identidad docente.
¡Un abrazo! 🚀
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