Desde nuestra perspectiva, mi clase inolvidable es aquella que se planea de manera anticipada y producto de esta visualización se reconocen los posibles escenarios que se pueden presentar en el aula; para lo cual se considera el diagnóstico de grupo: contexto escolar, estilos de aprendizaje, necesidades educativas especiales, características de los estudiantes, así como sus gustos y preferencias de aprendizaje.
Para dar una clase inolvidable se lleva a cabo primeramente la evaluación diagnóstica; con el objeto de identificar los conocimiento previos con los que cuentan los estudiantes antes de la intervención docente; posteriormente se adaptan los contenidos a los resultados de la valoración inicial, para que la mediación sea acorde a las necesidades específicas del grupo; más adelante se plantea una situación didáctica auténtica, a través del aprendizaje basado en proyectos; asimismo se promueve el trabajo colaborativo entre los estudiantes, para promover el intercambio de experiencias y solución conjunta de retos de aprendizaje.
Esta ruta de enseñanza anterior, permite valorar si es posible la participación de otros profesores por vía del planteamiento de un proyecto integrador; con la ayuda de la interdisciplinariedad y transversalidad con el único fin, de mejorar el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
Finalmente se establece una evaluación formativa recurriendo a los instrumentos de evaluación del desempeño como la rúbrica y lista de cotejo, para el monitoreo de las acciones de aprendizaje; privilegiando en todo momento, el logro de los aprendizajes esperados de los programas normativos hasta el máximo de posibilidades; todo lo anterior, con la finalidad de intervenir de manera eficiente ante los alumnos.
Tomando en cuenta estos antecedentes; el contexto donde laboro es difícil, porque me desempeño en una zona de alta marginación de México, donde el acceso a internet en el centro escolar es nulo; además de no contar con recursos tecnológicos suficientes, para intervenir de manera eficiente en consideración con los aprendizajes esperados de los programas de estudio.
Para ello, he tenido que adecuar mi intervención educativa para garantizar que los aprendizajes lleguen a todos y, teniendo en cuenta que mis alumnos son nativos digitales; es decir, que sus gustos y preferencias se inclinan hacia el uso y manejo de los dispositivos móviles con este fin, realicé una actividad de reafirmación de aprendizajes alcanzados, dónde los estudiantes reunidos en equipos de tres integrantes tenían que hablarnos del tema abordado, utilizando su dispositivo móvil como recurso educativo y una APP como grabadora de video.
Derivado de lo anterior, era necesario que planearan su video; por lo que la colaboración era un requisito indispensable, además, mediante la entrega anticipada de una rúbrica de evaluación que diseñé y les facilité, antes de la puesta en acción de la actividad en el que se describían claramente los criterios como: escenario, contenido, duración y dominio del tema, para que funcionara a manera de guía de lo que esperaba obtener de sus producciones.
Más adelante, en los resultados pude darme cuenta que los alumnos reaccionaron positivamente y representó un reto auténtico para ellos; toda vez que resultó muy placentero el empleo del móvil y al mismo tiempo, movilizaron sus saberes con respecto a la asignatura, expresión oral, manejo de las TIC (uso del editor de video), trabajo colaborativo, comunicación, creatividad y sobre todo que no necesitaron de internet forzosamente, para realizar esta actividad.
Finalmente entregaron sus evidencias, evalué su desempeño con base a la rúbrica entregada con anterioridad y publiqué sus producciones en casa con previa autorización de los estudiantes; mediante un grupo privado de Facebook que compartimos como aula virtual y que usan los fines de semana que salen a la cabecera municipal más cercana dónde existe cobertura de red.
Allí observaron el desempeño de sus compañeros y revisaron sus propias producciones. Los comentarios y reacciones no se hicieron esperar en el grupo de la red social; por lo que sirvió de retroalimentación entre alumnos y profesor, dando lugar a la reflexión, metacognición, autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación; propiciando con ello, la evaluación formativa para el aprendizaje que contribuye a su formación integral.
En conclusión, mi clase inolvidable es aquella en donde el docente se interesa por adaptar y alcanzar los objetivos de aprendizaje; aun ante las dificultades del entorno escolar desfavorable y las adversidades que esto implica; para ello, se necesita una porción de identidad nacional, compromiso, humanidad, vocación y creatividad; ingredientes todos de una visión altruista de la enseñanza; por lo que en este marco, puede traer beneficios para el proceso de enseñanza y aprendizaje; que repercuta en la mejora de la situación comunitaria en que viven los alumnos.
Al planear una lección es necesario tomar en cuenta la manera en que los estudiantes aprenden mejor e involucrarlos en las actividades, así para ellos será más agradable y menos aburrido aprender.
También, es indispensable que conozcan de manera anticipada sobre lo que se espera que aprendan, establecer una estrategia inclusiva y de apoyo mutuo, tener claro desde un principio la ruta de aprendizaje, realizar una evaluación coherente de su desempeño y acorde a los objetivos de aprendizaje; a fin de ofrecerles una ruta de mejora de sus acciones de ser necesario; todos los anteriores son componentes esenciales para los buenos resultados de aprendizaje y de libertad en la intervención docente.
Ahora que conoces más sobre mi clase inolvidable; te invito a adaptar estos conceptos a tu práctica docente.
¡Un abrazo! 🚀
1 Comentarios
Hola.
ResponderEliminarFelicidades muy ingenioso tu accionar docente.
Betty Alejo